Remedios de madre

La noche del sábado a diferencia de la de John Travolta en su Fiebre de sábado por la noche...fue un asco.

Logré subir un post y salí corriendo :-) para leer a mis amigas.

Era una lucha cuerpo a cuerpo con la red inalámbrica y lamentablemente, ganó ella porque de tanto ir y venir, a la 1.30 hs cansada y deprimida por no poder contestar mails y leer todo tranquilamente, decidí irme a acostar.

Antes de lograr conectarme (parece que estuviera en Nigeria...) los habitantes de la casa pusieron una película que comenzó a provocarme mientras la veía, una leve sensación de hundimiento cual Titanic pequeñito sumergiéndose en un pantano asqueroso.

Pusieron el Príncipe de las mareas...que va, de amores imposibles.

Al terminar la peli, yo ya tenía mal cuerpo con el temita de las narices y entonces pedí permiso para usar el ordenador de mi amigo y me conecté.

Bueno, es una manera de decir...intenté conectarme y lo que es peor, que durara dicha conexión.

Escribí, leí un poco y me dolía tanto la espalda que no podía mas, entonces, subí a mi habitación.

Y con el tremendo nuevo dolor de espalda y el habitual de mis cervicales me encontré frente a frente con la cama y su correspondiente colchón responsables de mis nuevos dolores.

Y frente a ese elemento maligno pensé en mi mamá.

Ella tiene artrosis y siempre le "duelen los huesos", pero nunca se queja, y sólo me doy cuenta que le duele, cuando la encuentro llorando por los rincones.

Y pensé...que hace mi mamá cuando le duele la espalda? Y recordé...se acuesta en el suelo.

Entonces, puse la mantita de Dido en el suelo, cogí el edredón, mi almohada especial y me acosté.

Me volví a levantar porque no podía dormirme, me tomé un relajante muscular, me fumé un cigarrillo y me puse a llorar.

Me sentía muy peque, y desamparada. Pensé que si mamá estuviera conmigo, me daría una solución a lo que me pasaba.

Ella es muy sabia ya que ha aprendido todo en base a experiencias propias, a nada más, y siempre sabe todo.

No da consejos si no se lo pides pero siempre tiene unas ideas para mejorar todo.

Siempre me recuerda que, le ponga un poco de azúcar a la salsa de tomate, para rebajar la acidez; que si me quemo, me ponga aloe vera; que no use zapatos de tacón porque me salen juanetes; que el jabón Ala es el que deja la ropa más blanca; que piense primero en mi antes que en los demás; que ahorre para un futuro; que cuando me duela es estómago, tome té de boldo y que si me duele la garganta, me haga buches con bicarbonato.

Y por supuesto, infinidad de cosas que ahora no recuerdo.

La idea de acostarme en el suelo todavía no me la había contado. Tal vez porque pensó que por ahora no lo necesitaría. Pero lo aprendí viéndola.

Cuando me levanté el domingo, no me dolía la espalda entonces dije "gracias mami sos un genio de los remedios caseros".

Que bueno son los consejos de las madres, y que pena que cuando somos niños no les hagamos mucho caso....Es un gran tesoro poder tener una madre que te aconseje.

Yo tengo la gran suerte de tenerla aún conmigo aunque está mayor. Espero poder seguir escuchando durante mucho tiempo sus consejos porque sin saberlo, el sábado a la noche, me ayudó a dejar de llorar.

Para los que no tengan la suerte de tenerla, recuerden que ellas donde estén siempre nos están ayudando y recordándonos, a su manera, lo que tenemos que hacer para mejorar ciertas situaciones de la vida.

Y no hay nada como los remedios caseros....y las cosas de madres!