jueves, 29 de octubre de 2009

A ver si ahora....

Como no podía ser de otra manera, las obras en mi edificio...han regresado.

Y como no podía ser de otra manera -insisto-...a mi, me sorprenden. Esto es un progreso porque antes...me molestaban.

Pero ya era hora que las retomaran. La obra general llevaba parada casi un año.

En esta ocasión, la comunidad ha cambiado de proveedor y además, no se han andado con chiquitas. Y su planteamiento ha sido, si hay que desplegar tecnología...pues se despliega.

Aunque esto nos cueste...el hundimiento del barrio.

Hace unos días estaba yo durmiendo en mi cama tan plácidamente cuando a las 08.00 hs. de la mañana escuché ruidos. Era un ruido parecido al que produce una máquina taladradora.

Cual anciana cotilla me levanté, me llevé por delante al gato que como siempre...se me cruzó en mi camino con ganas de jugar, y puse la oreja en la puerta para enterarme de lo que pasaba.

Reconocí el sonido...y me dije...VUELVEN LAS OBRAS...pero no cualquiera sino...las ruidosas porque las silenciosas habían comenzado hace un par de semanas.

Dejé de cotillear, me duché, me vestí y salí a desayunar. Me dirigí escaleras abajo...y en la planta baja me encontré con la cuadrilla de currantes que estaban...levantando los suelos. Allí confirmé que el ruido era del martillo neumático rompedor!.

Semanas anteriores ya había estado otro grupo de trabajadores, pero esos era "los de las luces" y los "pintores".

Todos hasta ayer, habían hecho un trabajo impecable tanto...que cuando uno va por las escaleras de mi edificio se siente como si estuviera caminando sobre la alfombra roja de la noche de los Oscar, en Hollywood.

Han instalado en los pasillos, un sistema de iluminación compuesto de focos halógenos con sensores que, en cuanto tú apareces...se van encendiendo las luces. Y a medida que tú vas subiendo la escalera...y mucho antes de llegar a la siguiente planta -o sea en el descansillo- ya se enciende la luz del otro piso.

De abajo hacia arriba o sea cuando uno viene de la calle, no es necesario que uno le de a la llave de la luz. El sensor te reconoce y se enciende la luz. Bueno, reconocer no es la palabra más adecuada porque no dice Hola Kiri, pero se enciende.

De arriba hacia abajo, es lo mismo pero se siente diferente.

El otro día, a las diez de la noche decidí poner la bolsa de basura en el pasillo, para bajarla más tarde (o al día siguiente) al cubo correspondiente que está ubicado en la planta baja. Y menudo susto me di porque en cuanto asomé un pie en el pasillo...se encendieron todas las luces y digamos que yo no estaba...vestida para la ocasión.

El primer día que vi todo el jaleo que se estaba montando en el edificio pensé..."que necesidad hay de hacer todo esto?. Ni que estuviéramos en el barrio de Salamanca -barrio de la zona norte de Madrid, elegante y que tiene tiendas donde venden ropa para perros-. Es un gasto energético sin sentido pero eso sí...bonito...lo que se dice bonito, queda!".

La luz destaca mucho porque las paredes están recién pintadas de blanco roto (?).

Esa respuesta "...blanco roto" me la dio uno de los pintores cuando le pregunté de que color iban a pintar los pasillos. Cuando me respondió eso...lo miré y le dije "...blanco roto que quiere decir exactamente?". Se río y me dijo "...no tengo ni idea".

Pensé...estupendo si no lo sabe el que es pintor...pues yo menos. Porque hasta donde yo sé, el blanco es blanco...al menos en pinturas para pared. Supongo que será diferente en un vestido de novia!.

Con todo este despliegue de modernidad he llegado a la conclusión que esta comunidad o no llega...o se pasa.

El consumo que provocarán los monísimos halógenos será impresionante, ya que el sensor es tan fantástico...que hasta funciona de día!.

Y como yo no puedo estar callada, el otro día hable con el presidente de la comunidad y le pregunté que sentido tenía poner esos focos, si con que tuviesemos las bombillas de toda la vida...estábamos apañados.

Pero el nuevo presidente ama su puesto y quiere demostrar que está haciendo bien las cosas. Se nota que tiene grandes aspiraciones (como mínimo quiere ocupar la Moncloa porque no le da para la Casa Blanca). Con garbo contestó a mi pregunta sobre la iluminación con un..."hemos cambiado de proveedor".

Esa no era la respuesta a mi pregunta pero seguí escuchándolo...y ante mi estupor agregó "...y habrá muchas más sorpresas".

Pensé...madre del amor hermoso...este hombre está fatal. Y no contento con su nuevo sistema de iluminación, el hombre me confirma que "por cierto, de poner el ascensor nada de nada, pero a cambio tendremos unos suelos preciosos".

Extrañada contesté "pero si ya tenemos suelo". Me contestó "pero ahora los suelos serán hidráulicos (?)". No quise ahondar en el tema porque me estaba por dar un ataque de risa. Pensé...este hombre definitivamente, no está bien.

Y con esa frase me quedé: "cambiaremos los suelos".

Y claro...lleva el suelo levantado...ya ni me acuerdo, pero ayer...volvieron a la carga. Y visto lo que vino despúes...hubiera sido mejor que así se quedara.

Salí a hacer la compra y el suelo de la planta baja parecía que hubiese sido atacado por un misil aire-tierra.

Tuve que caminar entre pedruzcos como si en lugar de estar en el portal de mi casa estuviera en los Pirineos, caminar por una pasarela y hacer equilibrio, pero salí.

Al regresar, la situación era muy tensa. El hombre que estaba rompiendo el suelo estaba pálido, apoyado en su máquina (martillo neumático rompedor). A dos pasos suyos, el ayudante de aproximadamente 17 años...estaba en silencio con cara de circunstancia.

La obra se había parado!!!.

Intenté pasar para dirigirme hacia la escalera en dirección a mi piso, sin darle importancia a la situación pero no pude, me paré y les pregunté que les pasa.

Me dice el hombre mayor "mira". Y miro.

Había en el suelo un agujero sin fondo. Tiramos una piedra dentro y no la escuchamos chocar contra nada...estábamos ante el gran descubrimiento.

Los obreros se habían encontrado con las profundidades del centro de Madrid, sin quererlo.

A través de ese agujero sin fondo se veía una especie de arco, algo extraño vamos pero en lugar de preocuparme...me entró la risa. Será porque este último año mis preocupaciones y/o prioridades han cambiado bastante y ya no me preocupo por tonterías, pero la situación...era preocupantemente graciosa.

Me pidieron una linterna, se la di y se pararon las obras en espera del arquitecto, jefe de obra o responsable que los autorizara a seguir trabajando con la seguridad de...que el edificio no se caería. Pero digo yo...si sólo habían taladrado 15 cms.!!!.

Que quiere decir esto que mi edificio está soportado por 15 cms. de cemento?.

Y que pasa con los arcos que encontramos? Son antiguos o es lo que cubre el alcantarillado de la ciudad? Habrá el señor taladrador encontrado ruinas de algún siglo pasado y se las ha cargado sin darse cuenta?. Que miedo.

Y esta tarde he pensado...o yo tengo mala suerte, o estoy en lugar equivocado en el momento equivocado.

A ver si ahora...después de todo lo que he superado este año, voy a darme cuenta que en edificio donde vivo no es seguro.

A mi no me fastidien eh!!! que yo no he pasado por todo esto para palmarla ahora cayéndome por un pozo sin fondo...que tal vez me haga llegar hasta Guinea Ecuatorial.

Que cosas tiene la vida no!.

Hola a todos: Ya he vuelto, esto está controlado, sólo me queda pasar por radioterapia. Luego deberé pasar trimestralmente los controles que tengo que hacer de aquí...a 5 años. No he escrito en el triciclo muchas cosas de las que me han pasado porque las penas, los llantos, la incertidumbre y el dolor he preferido que se quedaran aparte de este espacio. En este tiempo he escrito en un blog que he abierto sólo dedicado al cáncer de mama. Pero ese blog es temporal ya que refleja sólo una pequeña etapa de mi vida y no precisamente una de las mejores. Y hoy he querido volver a este, mi blog del triciclo. Porque este espacio es el que me recuerda quien soy y como era, antes de estar enferma. Yo soy Kiri la del triciclo y sigo en la lucha pero no quiero dejar de sonreír. Gracias a todos por haberme acompañado, lo peor ha pasado, y seguiremos pedaleando para que esto, no vuelva.