
Hay una época del año en la que las mujeres...estamos como "perdidas".
Puede que este comentario sea banal, pero realmente...no lo es (?).
En España...el tiempo NO avisa que va a cambiar.
Esto significa que no está claro cuando termina una estación y cuando comienza la otra. De pronto, hace frío y al día siguiente, hace calor.
Y esto...puede afectar a muchas cosas no sólo al cuerpo (resfríos por bajadas abruptas de temperatura, lloriqueo de ojos por las alergias primaverales, etc.) si no...a nuestra forma de vestir y por supuesto, de calzar.
Pasar de las botas a las chanclas...no es fácil.
Yo, como muchas otras mujeres...no sé exactamente cuando debo hacer el cambio.
Pese a que el sol raja la tierra, como no nos han dicho oficialmente que...ES VERANO, no somos capaces de ponernos las chanclas.
Salimos a la calle y observamos los pies de nuestras congéneres como si...al mirarlos...nos ayudara a tomar la decisión.
Cotilleando los pies de las vecinas vemos que...unas llevan aún botas, otras van con zapatos totalmente cerrados, otras optan por las zapatillas -como punto intermedio- y otras van con zapatos cerrados por delante y abiertos por detrás.
En este repaso podal no cuentan las extranjeras del norte de Europa (alemanas, inglesas, etc.) porque estas...rubias, ojos azules y blanquísimas de piel, van en chanclas en enero ya que para ellas España es...el Caribe.
Así que en este repaso por los pies femeninos de la zona, sólo cuentan los de las locales porque ellos nos servirán de referencia.
Esto, en cuanto a los pies. En cuanto a la ropa...yo lo tengo fácil, salgo a la terraza y miro a la gente y eso me sirve de guía.
Pero para mi hoy, ha sido el día D.
Me levanté y había un precioso sol. Me duché y elegí la ropa y el calzado para salir a dar un paseo.
Me vestí y pensé...me pongo las zapatillas?. Y dije NO...hoy doy por inaugurada la temporada de verano...y saqué mis chanclas preferidas.
Cuando ya estaba lista para salir...me miré mis pies y como si fuera Maginzer Z o Afrodita, les dije..."venga...dedos fuera...y a pasear".
He tomado una sabia decisión, porque en la calle he podido confirmar que, no me equivoqué en mi elección de calzado. Hoy todo el mundo...sacó a lucir chanclas y sus dedos.
Por lo tanto, aunque el calendario no lo confirme, para mi...ya ha empezado al verano.
Y mis dedos...lo agradecen.