jueves, 27 de septiembre de 2007

Un recuerdo para la Singer

Muchos tal vez no lo sepan porque no la han conocido pero la máquina de coser Singer...es un clásico. Mi vieja todavía hoy tiene una y lleva en la familia tantos años que ya...ni recuerdo. Y ella sigue cosiendo en la famosa y tradicional máquina. La Singer es la caña, a pedales, fuerte y resistente y me trae recuerdos de la infancia.
Hoy me vino a la memoria mientras hablaba con mi amiga...y recordamos a este valuarte de las actividades domésticas femeninas. Penoso, pero real porque yo nunca he visto a un hombre darle al pedal de este pedazo de máquina. Otro elemento para recordar es la heladera Aurora. Famosa marca de una nevera que resiste a las bombas, a las patadas y las 3.556.039 veces que uno las abre y la cierra sin sentido, con esa manijita con una bola en la punta...bueno paremos con los electrodomésticos...porque creo que definitivamente, estoy mayor.
Pero a lo que vamos...a la Singer.
Marca americana, dura, fría, fea, gris y versátil, con madera por arriba y con la posibilidad de abrir una tapa y esconder la parte de superior de la máquina (su ruedita, su aguja, su base...) y voilà de pronto pasaba de máquina de coser a transformarse en una mesa de apoyo o similar. El famoso dos en uno. Pero buscando un símil con los problemas y la Singer me pregunto. Porque será que muchos de nosotros tenemos que seguir "dándole" a la Singer? Porque algunos nacen con la modista al lado y ni siquiera han tenido nunca la necesidad de necesitar algo porque todo, lo han tenido? Sin ánimo de ser "estrellita esa pobre campesina..." y que esto se transforme en una historia tipo Titanic pero sin barco, me jode que para algunos todo sea cuesta arriba y para otros...todo lo contrario.
Claro que si nos comparamos con alguien de Ruanda, seguramente podemos decir que allí estan peor que uno.
Pero si miramos a Australia, tal vez allí, estén mejor. Por lo tanto, ni Ruanda ni Australia...busquemos un equilibrio. Tal vez sea envidia sana o no tan sana, pero me jode que los que nunca jamás han tenido un problema digan...todos tenemos problemas! Eso es mentira, todos no tenemos problemas. Es más, hay muchos que no tienen problemas...pero para ser sinceros habrá que ver que es un problema para cada uno de nosotros.
En términos generales, el problema es que para cada uno su problema es lo más importante pero la sensibilidad debería hacernos postergar nuestros problemas cuando el problema del otro, realmente es importante....
Bueno, veo que el síndrome de la Singer me ha invadido la cabeza y estoy dándole vueltas a las cosas...cosas del pedaleo.
Y yo me pregunto....dan algún premio al final del trayecto al que más ha pedaleado?
O sencillamente, al final de dicho trayecto los que más pedaleamos tendremos como recompensa unos gemelos como los de un deportista de 100 mts.lisos?. Y poco más.
Por si no hubiera respuestas a estas preguntas....solo espero que el recorrido haya valido la pena, que llegue un instante, aunque sólo sea uno en que pueda decirme a mi misma: lo has hecho bien, has obrado bien, has actuado bien, aunque las cosas no hayan ido bien. Y si además de esto puedo decir que he sido feliz o como minimo me he divertido...el ejercicio de la Singer de la vida habrá valido la pena.

Mucho ánimo a los que seguimos pedaleando...y recordemos que hay épocas en que el camino no toca llano, en todos los sentidos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay una cosa que decís acá que me llega... lo de dejar los problemas propios cuando un amigo tiene los suyos... muchas veces, hay amigos que no nos quieren agobiar con sus cosas y no nos cuentan. Y yo quiero que sepan que muchas veces, cuando me cuentas sus penas, me hacen un favor. Me permiten apartar mis cosas por un momento, me ayudan a dejar de pensar en lo mío (pensar tanto suele ser agotador), me ayudan a sentirme importante para ellos y me dan la oportunidad de volver a pensar en lo mío con otras visiones, otros aportes... y además, cuando vuelven a estar bien, como sé que lo han pasado mal, me dan la oportunidad de sentir la plena alegría por el otro, ese al que queremos tanto y que tanto nos quiere y también nos escucha.

:-)

Kiri dijo...

Supongo que será porque hay gente que ha nacido para escuchar y otra para pedir. Y cuando el que sabe escuchar necesita pedir, pues no sabe. Pero tenemos que aprender amiga...sino...tamos jodidas.

Ivana Carina dijo...

Ok, por más que hay comentario, aporto lo mío
A mí, cuando me cuentan los problemas (mis amigas)(no tengo muchas, aclaro), veo que por ahí me quejo de nada, ¡en serio!
Y comparto con dosdedos, me hacen olvidar un poco de los míos... y cuando están bien, me alegro por partida doble!!!

Kiri dijo...

Si yo también soy así. Lloro con las penas de mis amigas y disfruto cuando son felices!!!:-)