
En el post anterior hice referencia a una frase que decía"...contra todos los pronósticos". Este es el título de un albun de un grupo cubano que se llama Manolito y su Trabuco (y sí...los cubanos son así para poner nombres!).
Y contra todos los pronósticos hace referencia a que en esta última parte del trabajo, hubo un par (2) de personas confundidas con la vida (conste que podría buscar otros muchos calificativos...pero no merece la pena) que intentaron con todas sus fuerzas que las cosas, no me salgan bien.
Y porque? Pues ni idea, supongo que cada uno ellos tendrá cosas que envidiarme no? No hay otra explicación adulta posible.
Pero se habrán quedado jodidos y muertos de envidia porque todo me salió más que bien y con un par he sacado adelante yo sola, sin quejarme, con buen humor y con mucho arte, un trabajo para el que ellos hubieran necesitado...a un regimiento.
Siempre digo que dos no discuten si uno no quiere y yo, no discuto con "nadie".
Con NADIE me refiero a personajes que para mi fueron, son y seguirán siendo "Nadie".
Ante ataques infantiles mi actitud natural fue de indiferencia.
La gente se confunde con las cosas de la vida, buscan protagonismos que no los elevan al cielo, sino que los hace vulnerables. Porque cuando alguien intenta descalificar a otro, sin ningún motivo, lo único que consigue es quedar en evidencia. Algo les falta, de algo carecen.
Pero a mi, no me faltó nada.
Cuando se abrieron las puertas y comenzaba a entrar la gente y mientras yo escuchaba por intercom (intercomunicación entre la gente vídeo, luces, sonido, etc.) dije, ya está, lo he hecho, ahora, a disfrutar y a esperar que todo les salga bien a los compañeros técnicos.
Y cuando por fin pude sentarme, después de 12 horas de estar caminando de un lado a otro por todo el trabajo que tenía, me relajé.
De pronto, mi ayudante, un niño divino que casi sin ninguna experiencia me ayudó y aguantó en todos los momentos de máximo nerviosismo en los previos, me dijo algo.
Se acercó a mi cuando vio que estaba un poco más tranquila y me dijo, cuando tengas un momento, tengo que decirte algo.
Y yo que pensaba que era de trabajo, bajé de la tarima donde estaban las cámaras y dije dime?.
Y dice, tengo que felicitarte. Todos comentan que pese al intento de fastidiarte el trabajo de estos dos personajes, has demostrado que tienes un par de ovarios y que esto lo has sacado tú sola adelante.
Luego agregó, eres la mejor jefa que he tenido, gracias por permitirme aprender de todo lo que sabes. Y claro, lo abracé y me puse a llorar. Sólo pude decirle, sin tí, yo no lo hubiera conseguido!.
Me subí a la tarima y como ahí si yo quería no me venía nadie, lloré desconsoladamente. Pero no era de pena, era de emoción.
Y a estas edades, reconozco que me importa muy poco lo que opinen de mi en todos los aspectos, y mucho menos en el trabajo porque sé que soy buena en lo mio. Pero que me lo diga un chavalito que no me conoce de nada, que de pronto tiró del carro conmigo como pudo, me emocionó. Eso sí me provoca algo, lo de los dos personajes, no.
Y una vez que me desahogué dije, pues sí, soy la caña de España (dejarme que yo misma me aplauda...porque no sabéis por lo que pasé).
Luego, me acerqué a la zona VIP y allí estaban los clientes, los jefes máximos, y todos lo que, de traje o con buenos vestidos, disfrutaban a su manera de este concierto.
Yo, vestida de guerra, con botines, chaleco con walkie, dos móviles y sin escuchar nada por ninguno de los medios de comunicación que llevaba, decidí que tomarme un cubata, no me vendría nada mal.
Y así me presenté en la zona VIP. Por supuesto, cogí mi vaso de tubo largo de plástico (VIP cutre) y con mi ron con cola, me volví a MI ZONA.
Hasta allí, a mi zona, habían llegado todos mis buenos compañeros. Todos se acercaron y me acompañaron. Nos pusimos a bailar, me daban tabaco que a mi se me había acabado....Salté y bailé con niños de 18 a 25 años. Nos reímos, nos abrazamos, y disfrutamos del concierto.

Carlinhos Brown era el último grupo que tocaba y ya, eran la 01.30 y el concierto general estaba por terminar.
De pronto, en ese momento me di cuenta que había valido la pena. Todos estaban apoyándome. Al menos, todos los que me importaban.
Yo soy como Robin Hood, podía haber estado sentada en un sofá estupendo en la zona VIP pero preferí saltar y bailar como una adolescente con mis adolescentes compañeros. Podría si hubiera querido, sentarme al lado del escenario y ver todo más cerquita. Pero yo elegí estar con los niños.
A las 01.30 hs. Carlinhos dijo, quiero agradecer a todos los que han hecho posible esto, a los técnicos, a los organizadores...etc. Y en ese momento, mis "niños" me abrazaron, me levantaron el brazo, y yo, salté como una loca y dije "de nada".
Muchas veces no sabemos que detrás de un concierto, una película, un spot de televisión, hay un equipo de gente desconocido que lo hace posible. Gente que sin dormir, casi sin comer, sin sentarse, sin tiempo para nada, trabajan para que muchos se lo pasen bien.
Y en este caso y pese a todo, este trabajo me gustó porque las entradas del concierto se destinaban a UNICEF por lo tanto, dulcemente gratificada por muchos motivos.