Sábado de reencuentro

Ayer por la mañana me desperté con muy buena energía.

La noche anterior, antes dormir me dije...duermete pronto, mañana ya es sábado y ya sabes lo que eso significa.

Tenía muchas ganas de tener una día especial. Y ese día, sería el preludio de una noche merecida.

Llevaba mucho tiempo perdiendo eso...tiempo en la búsqueda de cosas, personas, situaciones hasta que me di cuenta que no dependen de mi. Las cosas llegan, las personas también, a veces.

Por eso durante la noche previa confirmé que el sábado sería el día en que me encontraría con esa persona que tanto echaba de menos.

El clima se enteró de mis planes, y me regaló un día de primavera maravilloso.

Salí a la calle con camiseta, vaqueros y zapatillas y que placer sentía con el sol en mi cuerpo!

Después del desayuno, fui a caminar para disfrutar del día. Fui a la Plaza Santa Ana, miré escaparates, visité el vivero y luego, fui a comprar las dos cosas que necesitaba para una noche diferente.

Vino blanco y velas eran lo imprescindible...flores ya tenía en casa.

Por la tarde recibí la llamada esperada. Aclaramos algunos temas pendientes y terminamos la conversación diciéndonos...un beso!.

Durante toda la tarde puse la casa en condiciones.

Cuando el sol se fue escondiendo me interné en la cocina y preparé un menú ligero pero delicioso.

A las 21.00 hs y ya con la cena preparada, puse música y encendí las velas.

Un par de varillas de incienso inundaba la casa dándole un estupendo ambiente exótico.

Me duché, me recogí el pelo, me puse mi primer vestido de primavera del año y con calcetines y sin calzado -me encanta estar descalza en casa con este tiempo-, terminé de dar los últimos retoques para una noche especial.

Una hora después, el ambiente era exquisito. La luna entraba por mi terraza inundando el salón.

A la hora exacta, y con todo preparado, serví la cena, abrí la botella de vino y lo serví en una gran copa. Con ella en la mano, apagué las luces y subí la música.

Cerré los ojos un instante y me reencontré con alguien que había estado ausente durante un buen tiempo.

Y sentada en mi estupendo sofá color verde manzana, suspiré y dije...estoy tranquila...y así todo es perfecto.

Hoy me siento muy bien conmigo misma.

Como me echaba de menos...!