
Cuando uno cree que las cosas van un poco mal, que tiene problemas, que menuda semana llevas...te levantas y todo...puede ir peor.
Hoy me levanté temprano porque tenía una reunión.
Salí de casa una vez que solté la fregona que tuve que coger para limpiar el nuevo sitio donde Dido había marcado con su exquisito olor a orina...en este caso...sobre los cables de la tele, radio, dvd, etc. grrrr...
En cuanto cierro la puerta de mi piso, veo luz en todo el pasillo como si el sol hubiera invadido el edificio.
Y yo, protestona por naturaleza dije en voz alta (sí...una pena...ahora hasta hablo sola)"...que bien así me gusta, gastando electricidad sin ningún sentido...".
Comencé a bajar las escaleras y tuve una extraña sensación premonitoria. Escuchaba ruidos en la planta baja...me sorprendió porque llevamos semanas sin obras o sea, de silencio absoluto.
Llego al tercer piso...y la luz seguía a tope.
Llego al primer piso...miro hacia abajo y veo gente. Esa extraña sensación que sentía en el cuarto piso...era ya una confirmación de mis más terribles sospechas.
Llego a la planta baja y a quien me encuentro en el último escalón?. Si señores...al gordo comepanceta o sea...el electricista.
Allí estaba mi más odiado currito. Con su chaleco azul con manchurrones de grasa, su media calva al estilo Anasagasti, su prominente barriga que le cubría hasta las rodillas y como no...comiéndose su bocata con su cervecita al lado.
Tengamos en cuenta que eran las 09.00 hs. y el señor se estaba zampando un bocata de panceta y una cerveza. Ahora entiendo porque el sistema eléctrico de mi edificio va como va.
Seguí bajando por la escalera y claro, para poder salir de ella tenía que saltar al gordo y yo ni de coña pensaba hacer eso.
Rápidamente hice dos estupideces, me puse las gafas de sol y cogí el móvil simulando que hablaba con alguien. Y porque hice esto? Pues por si el señor tenía alguna intención de hablar conmigo de lo que sea.
Yo no pensaba empezar la mañana con una discusión.
Así que...ya sólo me quedaba un escalón y si el no se movía (y como nos odiamos a muerte) yo sin ningún tipo de reparo, le clavaría el tacón en la mitad del bocata, apoyado sobre su papel de aluminio que él tenía puesto en el escalón.
Llegó al último escalón, el me mira (yo lo adivino detrás de mis oscuras gafas porque estaban un poquito sucias), y levanta la mitad de su bocata y se hace a un lado para que yo pase.
Como soy educada...dije "buenos días". El gordo que además de odiarme, es medianamente educado me contesto "buenos días" o algo parecido salió de su boca...le dificultaba el habla la comida que tenía en la boca. Digamos que lo que realmente dijo "bue-ñan-ñan-nos...di-miam-miam-as"

Pero yo, muy altiva, seguí mi camino.
Al salir a la calle, dejé de hacer el imbécil, guardé el móvil, me quité las gafas porque sol, no había todavía y me relajé.
Cuando iba por la calle pensé...bueno, una cosa buena, el universo no me ha hecho caso cuando desee que el señor se electrocute...por ese lado bien, estaba vivo aún.
Eso me tranquilizó. Pero acto seguido pensé: en breve tendré movida. Y en esto estamos...no me funciona la tele...la antena tiene algún problema pero estando por aquí el gordo no me extrañaría que el fuera el responsable.
Así que nada...entre Dido que me mea los cables y el gordo que me odia...en cualquier momento tendré que escribir en el blog con señales de humo porque imagino que, si el pudiera, me cortaría la luz.
Como dije al principio...cuando algo va mal...siempre puede ir peor.
Pero que el optimismo...no decaiga:-)