Erotismo literario

Hay muchas formas de poner en práctica el erotismo.

Pero antes de contaros como veo yo el erotismo, deberíamos conocer cual es su signficado real.

Erotismo: "...procedente del dios griego Eros, dios del amor, el erotismo se ocupa de todo lo relacionado con las relaciones sexuales y no simplemente con el acto físico sino también con todas sus proyecciones".

A partir de aquí podemos decir que el erotismo no es lo mismo para unos y para otros.

Yo creo que existe el erotismo que nos inventamos, con el que fantaseamos, con el que soñamos, el que deseamos, y el que ponemos en práctica realmente en nuestra intimidad.

Pero también existe el erotismo que transmite un texto, una canción, una imagen.

Hoy, rebuscando entre mis libros he encontrado uno, que no por ser de 1963 ha perdido vigencia. Todo lo contrario, es un libro excelente.

En el encontré un capítulo que para mi, representa el erotismo en su estado más elegante.

Y es que a mi, me gusta el erotismo de esa manera, elegante y perturbardor pero que no llegue a ser tan explícito.

Porque de ser así...ya nos encontraríamos en el siguiente paso.

Y es mucho más divertido y erótico...esperar.

Que lo disfruten.

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca,
voy dibujándola como si saliera de mi mano,
como si por primera vez tu boca se entreabriera,
y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar.

Hago nacer cada vez la boca que deseo,
la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara,
una boca elegida entre todas,
con soberana libertad elegida por mí para dibujarla
con mi mano por tu cara,
y que por un azar que no busco comprender
coincide exactamente con tu boca
que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras,
cada vez más de cerca y entonces
jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca
y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí,
se superponen y los cíclopes se miran,
respirando confundidos,
las bocas se encuentran y luchan tibiamente,
mordiéndose con los labios,

apoyando apenas la lengua en los dientes,
jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene
con un perfume viejo y un silencio.

Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo,
acariciar lentamente la profundidad de tu pelo
mientras nos besamos como si tuviéramos

la boca llena de flores o de peces,
de movimientos vivos, de fragancia oscura.

Y si nos mordemos el dolor es dulce,
y si nos ahogamos

en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento,
esa instantánea muerte es bella.

Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura,
y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

Rayuela, Capítulo 7, Julio Cortázar.