Dando vida a los elementos

Esta mañana ha sido más aburrida que otras.

O tal vez igual...pero ha sido eterna.

Sentada en mi despacho...
con estupendas vistas pero
más aburrida que
un hongo
me puse a hacer
lo que se hace
cuando no hay trabajo...
ordenar, archivar, revisar la agenda,
poner post it de colorines a las carpetas, -como me gusta hacer esto...!- buscar ese documento desaparecido hace meses, y mirar a mi alrededor.

Durante 4 horas pude justificar mi estancia en la oficina, luego, ya la mañana se me hacía de goma(chicle/elástico/o similar).

El día seguía gris pero por un momento salió el sol...momento más que suficiente para que yo, comenzara a delirar.

Miré el despacho y dije...que bonito es.

Mire a todos los visitantes y todos estaban en mi mesa...muy ordenaditos porque así, me gusta a mi. Y pese a que me gusta el orden (si mi mesa está ordenada mi cabeza también), me dio ganas de tirar todo al suelo y así, tendría algo más que hacer el resto de la mañana.

Cogí mi agenda, hice todas las llamadas que estaban pendientes, pedí citas con posibles clientes y la fui llenando, poco...pero ya tiene más color.

Rondando la agenda habían un par de cositas de colores, clips, un sapito imantado que no recuerdo quien me lo regaló, un stabilo boss original (resaltadores de colores), el mechero, un boli rojo, un quita grapas, y un calendario hortera que me envío una empresa de iluminación.

Menudo rebote me generó el famoso calendario. Cualquiera que me hubiera visto intentando armarlo pensaría que soy como mínimo, inútil.

Mira que era simple...tenía hasta los pliegues marcados para hacer una base pero me costó un triunfo.

Y dije...que torpe soy, ni que estuviera poniendo en práctica algo de física como el porqué del "plano inclinado". Nunca entendí porque tenía que saber yo eso? Que más da? Está inclinado y punto...dejémosle vivir.

Lo que está claro es que, las manualidades y yo no somos buenas amigas.

Pero ahí está mi calendario...un poco inestable pero resistiendo.

Volví a mirar la agenda y me dije...que ganas tengo de bailar.

De pronto vi como los elementos iban tomando vida...y menudos son...llevan en la sangre el movimiento corporal (bueno ellos no tienen cuerpo, por lo que tampoco tienen sangre).

Pero todos...como si el sapito imantado los hubiera elevado, se han puesto a bailar. De pronto mi agenda se transformó en una discoteca ochentera, con bola de espejitos incluida y George los animaba a moverse cual descosidos.

Que fiestón se montaron sobre mi agenda!

La cosa no había manera de tranquilizarla...mientras la música sonaba ellos...venga bailar y bailar. Yo pensaba...como podían... siendo tan pequeños menearse tanto?.

Claro, yo los acompañaba, sentada en mi silla, pero con un suave movimiento de cabeza y pies los acompañaba.

De pronto comencé a ver que iban transformándose como si fueran Mazinger Z.

Ya no eran elementos, eran pequeñas personitas. Y bailaban mucho más coordinados...es lo que tiene tener cuerpo!

Al finalizar la canción pensé...creo que lo mejor sería que me vaya a comer a casa, sino en cualquier momento los archivadores bajarán de su estante y me invitarán a tomar una copa y entonces...deberé cambiar el rumbo.

En lugar de ir a casa debería ir a un psiquiátrico.

Pero yo me iré a donde sea...bailando.