Parque de atracciones: Madrid centro

Llevo varias semanas yendo del trabajo a casa y al revés.

Como dirían Charly y Fito con eso
"no hay ninguna vibración...",
así que decidí aprovechar este día de una manera diferente.

Tenía que hacer trámites (abogada, gestoría, etc.) y como este tipo de actividades me ponen histérica, decidí positivizar la situación.

Salirme de mi camino habitual me hizo reconocer que muchas veces...estoy tan metida en mis historias que me pierdo lo más divertido, que es la vida en sí misma. Y pasear por ella.

En cuanto pisé la zona "olvidada" comenzó la excursión.

Primera atracción: los transportes públicos.

Hoy decidí usar todos, los que más me divierten y me distraen son los autobuses.

Subí al primero y rápidamente reconocí que tengo el síndrome de Michael Jackson.

No sé desde cuando, me da mucho repeluz tocar las cosas que tocan infinidad de personas...creo que me estoy poniendo mayor.

Pero si subo a un transporte público no me quito los guantes (en invierno por supuesto) ni a palos. Menos mal que no son blancos sino, la gravedad de mi estado sería extrema.

Me senté al lado de un chico muy feo, con sus cascos que lo aislaban de todo y de su teléfono móvil que sonaba y sonaba y el, como si nada.

Hasta que yo le di un codazo y le dije...oye te suena el teléfono. Ya me tenía sorda el puñetero móvil con sonido de Camela...dios!. Juro que si lo hubiera pensado no lo hubiera hecho...pero el codo se me fue solito!!!

El chico se bajó y se me sentó un viejo con olor a tabaco que me transportaba a los salones de Asia donde se fuman las famosas pipas de agua. Pero esto era menos exótico y bastante más asqueroso, así que me cambié de asiento.

Llegué a la abogada, recogí mis papeles y ahora...cambio de atracción...al metro!.

Como ya he dicho, el metro no me gusta pero era lo que me dejaba más cerca de la gestoría, en Alonso Martínez -zona fisna por donde las haya-.

Con mis guantes puestos, subí al metro y como sólo eran 4 paradas...me lo pasé bien.

Al salir del vagón, encontré una gran cola para "ocupar" un espacio en las escaleras mecánicas (la siguiente atracción).

Miré la escalera normal y dije...joder, la gente no sabe que es bueno para el corazón subir escaleras!. Y allí que me fuí.

Subí este primer tramo de la escalera normal sin ninguna dificultad.

Al siguiente tramo...otra vez la misma historia.

A-mo-go-llo-
na-mien-to en
las mecánicas
y yo...sin sopesar
las
"posibilidades"
de las normales me lanzé a ellas con un aire -lo reconozco- de deportista y en un estado envidiable.

Yo era la única que subía en ellas, el resto de la multitud iba en la escalera mecánica.

Una vez en la escalera y sintiéndome como Rambo entrenando...pensé...joder que empinada es la condenada!!!.

Pese a ello, como si nada...yo seguía subiendo y todos los de la mecánica me miraban...y yo como una reina, digna y con la cabeza alta pero ya sin aliento.

La escalera no terminaba jamás, las piernas ya no me respondían y supongo que mi cara estaría roja pero yo me dije...tú pa´arriba...no harás el ridículo ahora de sentarte porque no puedes más!.

Pensé joer...se ve que estos conocían esta escalera interminable porque soy la única estúpida que la está subiendo...

Con valentía y orgullo volví a mirar hacia arriba y dije entre resoplos...ufff...venga...va...que ya no queda nada...coño...que no llego.

Pero como si fuera una azafata de vuelo y el avión estuviera a punto de estrellarte (y ella con la sonrisa congelada) yo seguía con cara de "aquí no pasa nada...yo esto lo hago cada día....no veís que estado físico tengo...".

Comencé a quedarme sin aire y mi corazón latía a mil por hora.

Me dije...tengo que dejar de fumar y tengo que hacer ejercicio!!! Pero luego pensé...olvídate de proyectos que como esto no termine pronto...no llegas ni a Alonso Martínez.

Superé ese tramo. Y dije Dios....estoy muerta.

Y cuando yo creía que todo había terminado...otra vez escaleras.

Pero esta vez...yo no llegaba ni a la mecánica...pero le di un codazo a un jovenzuelo y me metí en ellas (las mecánicas) como toda una señora.

Allí por fin pude volver a respirar en condiciones.

Termina ese tramo y de pronto...otra tramo más de escalera!!!.

Y me dijo esto que es? Coño que si sigo subiendo voy a llegar a Islandia!!!!!!!!!!!.

Por fin salgo de ese infierno y voy a la gestoría.

Termino el trámite y decido pasearme por Chueca.

A esas alturas yo sólo quería caminar "al nivel"del suelo. No era capaz de subir un pie en un autobús...así que...caminata.

Chueca es fantástico....es un barrio estupendo que siempre me sorprende gratamente porque tiene estilo, diseño, atractivo y además se respira buen gusto.

Los gays han hecho maravillas con ese barrio que antes era un asco. Pero que desde que ellos llegaron hace ya unos años, lo mejoraron en todo.

Por allí vi a un hindú con turbante comiéndose unos churros. Un verdulero que le decía a un cliente "...que mal está la vida Alfredo...", un presentador de la tele con su novio caminando de la mano (que pena que no era Jesús Vázquez....con lo mucho que me gusta).

También vi a una chica con medias y nada más de cintura para abajo...bueno ella lo llevaba como si fueran leotardos pero eran medias de las que yo tengo.

Vi también a una señora de casi 90 años con su bolsa del pan ayudada por un chico negro a cruzar una zanja donde había obras. Y algo muy divertido, un escaparate que vendía carros de la compra con un cartel que decía "llevame soy barato, soy cómodo, soy de diseño y quedarás como la más fashion del mercado".

Y un vestido negro...del cual me quedé enamorada! No tenía precio...mal síntoma...sería carísimo pero vamos que me ha quedado grabado en la retina. Lo miré y le dije...volveré.

Digamos que mi mañana ha sido como ir a un parque de atracciones. Sólo que recorrer Madrid es más divertido, brinda muchas más posibilidades y encima...he hecho ejercicio aún sin quererlo.