Entre machetes y guarrerías

En el blog de mi nuevo amiguete The Final he leído hoy un tema que me encanta y me ha traído muchos recuerdos. http://elempanao.blogspot.com/2008/01/los-exmenes-y-yo.html

En su post habla de la época de estudiante y claro, recordé que yo...era la reina de los MACHETES. Por aquí se llaman, chuletas!

Con los años he reconocido que no he sido una excelente estudiante pero tenía una gran capacidad de retentiva instantánea. También, tenía muy buena memoria.

Esto me facilitaba las cosas, porque cuando tenía un examen, estudiaba unas horas antes si la asignatura no me gustaba. Mi piquito de oro (diría mi mamá) hacía el resto.

Las que sí me gustaban las estudiaba un par de noches antes del examen, nunca semanas antes...porque de haberlo hecho así, el día del examen, me habría olvidado de todo.

Pero en la secundaria me lo pasé genial.

Desde la infancia hasta la secundaria siempre fui a colegios privados y religiosos.

Pero privados o no, siempre eran sólo "colegios de señoritas". O sea, no había niños.

Del primer colegio de la secundaria me echaron porque repetí 2º año. En ese colegio si alguien repetía curso, no podía seguir.

Era un poco elitista y yo lo lamenté mucho pero básicamente porque estaba al lado de un colegio de chicos, lo que lo hacía mucho más divertido, especialmente a la hora de la salida.

El cambio de colegio para mi fue una bendición.

Pasar al colegio público era algo así como, salir de Guantánamo y llegar al Moulin Rouge.

El nuevo colegio era inmenso, ocupaba toda una manzana y era un antiguo y estiloso edificio.

En ese colegio aprendí muchas cosas. Digamos que aprendí a ser "mayor".

Viví muchas cosas inocentes y otras no tanto, pero el recuerdo es positivo y divertido. Porque además...algo habré aprendido a nivel de estudios...digo yo!

Pero mi historia de hoy es extra-estudiantil.

Allí vi por primera vez una revista porno o algo así. En ella una señorita rubia con un caballo hacían de las suyas (para que extenderme más...) lo que provocó que muchas de las chicas que vieron esa revista tuvieran diferentes reacciones. Unas salían corriendo con arcadas, otras del susto se ponían a llorar.

Otras como yo nos quedamos paralizadas y pensando que el sexo...debería ser la cosa más asquerosa del planeta (luego con los años por supuesto, cambié de opinión).

Yo y una vez que la revista comenzó a rular por las diferentes aulas pensé...a mi me da igual...yo ESO no lo haré!

Esto se debe a que, desde muy pequeña y para todas las cosas de la vida, siempre he hecho lo que a mi me ha dado la gana, soy caprichosa e independiente pero lo soy desde que era una enana.

También aprendí a fumar...lo hacían todas las chicas más mayores en el lavabo del colegio y yo, quería pese a todo, ser mayor.

El lavabo tenía grandes ventanales que daban a la calle, y estaba en la segunda planta. Cuando la gente pasaba por la calle y miraba hacia la ventana , deberían pensar que eso sería un fumadero de opio o que era el Vaticano en época de elección de Papa porque salía humo y más humo.

Lo más gracioso era cuando entraba la celadora (señora vieja que controla el comportamiento general de los alumnos) al lavabo y nosotras teníamos que hacer desaparecer el cigarrillo.

No nos lo tragábamos porque sino hoy, trabajaríamos en un circo, pero hemos quemado bolsillos, zapatos, bolsos, entre otras cosas para esconder la prueba del delito.

Y también hemos incendiado la cabeza de unos cuantos viandantes, al tirarlos con prisas por la ventana.

Por supuesto, mientras nos echaban la bronca padre, el humo de los cigarrilos aún en nuestro organismo, salía de nuestras narices como si fuéramos unas locomotoras antiguas.

Otra de las cosas que aprendí era a afinar mi puntería. Durante una época, un día determinado de la semana un señor, con un abrigo largo, se paraba delante de nuestra ventana para abrirse su abrigo y mostrarnos sus partes.

Pero claro, ese pobre hombre no sabía a que colegio había llegado....el primer día nos sorprendió.

A los siguientes, ya lo esperábamos, a veces subidas al árbol más cercano para tirarle naranjas por la cabeza. Otras y esa era mi especialidad afinábamos puntería tirándoles con las tizas y borradores de la pizarra desde la ventana de nuestra aula. El pobre, no aguantó y no volvió.

También aprendí a romper un cristal y salir corriendo para esconderme en uno de mis momentos de soledad, castigada por alguna profesora. El castigo era...abandonar el aula. Ya ves...que problema?

Yo entonces como me aburría, me iba al gimnasio, cogía una pelota de voley y practicaba en el patio los saques ya que pertenecía al equipo que representaba al colegio en eventos inter-escolares. Y claro, rompí más de una ventana pero jamás, fui descubierta:-).

Pero si en algo era especialista, era en hacer chuletas.

La mejor para mi y para esa época era, escribir en un papel de 20 cms de largo x 10 cms de alto, plegado en varias partes y luego pegado al dobladillo de mi falda.

El objetivo era, sentarme, levantarme un poquito el dobladillo y mientras tenía la cabeza mirando el folio donde debía escribir, iba copiando.

De tanto hacer chuletas me aprendía todo, pero me gustaba el riesgo...dios porque no habré cambiado:-).

Cuando dejé ese colegio me di cuenta que había sobrevivido a mucho.

Aprendí algo seguro, porque luego pude ir a la facultad. Pero ya sabemos que luego la siguiente etapa, no es tan divertida.

En la facultad mantuve mi falta de interés por lo que no me gustaba y entonces, usaba auriculares para escuchar música mientras la profesora se desgañitaba tratando de que yo la escuchara.

Pero utilizaba mi cara de buena para salir de ciertas situaciones conflictivas. Pero ya no hacía chuletas/machetes.

Esta época de la secundaria, es una de las que recuerdo con más cariño.

Pese a todo lo expuesto, tengo que decir que este colegio, es según todos los comentarios, una prestigiosa institución.

Será que nosotros...lo veíamos de otra manera. .

"...es una Institución que lleva 131 años al servicio de la Educación Pública. Cuenta con cuatro niveles: Inicial, Primario, Medio y Terciario, siendo de esta manera una de las Instituciones más prestigiosas de nuestro país. Dentro del predio cuenta con dos edificios, uno histórico que data del año 1880 y fue reinaugurado en 1998 después de su restauración y otro de construcción más moderna".