viernes, 25 de enero de 2008

La higuera


Desde hace algunos años me he declarado abiertamente: friolera / friolenta(versión español/argentino).

Mucha gente disfruta con el frío,yo no...no me gusta.

Por mucha ropa que me ponga, siempre tengo frío, aunque reconozco que no me gusta ponerme mucha ropa.

Esto me ha hecho recordar que cuando era pequeña, el frío tampoco me gustaba pero lo que menos soportaba era que me vistieran como si fuese un astronauta.

Nunca me han gustado las camisetas térmicas o como se llamen esas que le ponen a los niños y que van debajo de la camiseta de "vestir".

Luego va el jersey, luego el abrigo, la bufanda, unos guantes sin dedos, un gorro...vamos todo lo necesario para que el pobre peque no pueda ni moverse. Y si lo hace, sus movimientos serán de robot.

Mi madre, no entendía porque no me gustaban las famosas camisetas que ni siquiera sé como se llaman...de abrigo creo...y como toda buena madre, ella quería protegerme del frío. Pero yo me sentía...embutida.

A partir de ese momento, comenzaba a llorar insoportablemente hasta que conseguía que me la quitara. Pero pese a haber conseguido ese mini-triunfo salía con todo el resto de las cosas encima.

No sólo me molestaban las camisetas pegadas sino toda aquella cosa o situación que me provocara una extraña sensación de ahogo, opresión, o de inmovilidad.

La segunda cosa que hacía mi madre y que yo odiaba profundamente era en el momento de irme a dormir.

Me acostaba y tenía la manía de seguir embutiéndome...metiendo las sábanas y la manta correspondiente debajo del colchón...tirantes...muy tirantes.

Eso provocaba que sólo me quedara libre la cabeza. Luego y con gran esfuerzo, podía sacar los brazos.

Los pies me quedaban perfectamente dibujados con las puntas hacia arriba de lo tirante que tenía las mantas.

Todo esto me daba tanta rabia que primero me ponía a llorar y luego y a modo de tic nervioso, a frotarme los pies, pie contra pie.

Pero no era un tic, estaba rabiosa.

Pero mi madre, no entendía que me pasaba. Conseguía tranquilizarme pero cuando ella se iba...yo daba patadas a las sábanas para poder despegarme de ellas y para que salgan de debajo del colchón y me permitieran moverme libremente. A mi gusto.

Todas estas historias deben tener que ver con que siempre, he sido una niña muy inquieta.

Pero si bien mi madre me aguantaba, la que no lo hacía era mi abuela.

Mi abuela materna era un poco estricta.

Una vez, mi madre me dejó en casa de mi abuela...vaya a saber porque!.

La casa de mi abuela era bastante grande o lo era para una enana de 3 años.

Lo más destacable de la casa era una parte que usaba como una peluquería donde trabajaba mi abuela y el patio.

En la peluquería me lo pasaba bomba jugando con todo lo que por allí encontraba.

















En el patio había una gran higuera.

Un día de frío,mi abuela quiso enfundarme para acostarme.

Y monté la marimorena.

Mientras ella además del pijama, pretendía ponerme la famosa camiseta...empecé a ponerme histérica.

Ella me la ponía, yo me la quitaba.Ella insistía, yo peor me ponía. En mi lenguaje reducido le decía que no, y ella...que como que no?.

Y mi abuela, perdió la paciencia y entonces decidió castigarme.

Como? Me desnudó y me puso debajo de la higuera.

Así estuve un rato, seguramente un corto espacio de tiempo pero a mi me pareció eterno.

Pero yo tenía tan claro que eso no lo quería (la camiseta) y ella tanto que me iba a dar una lección que finalmente, me puse a llorar.

Hasta ese llanto, yo estaba de morros, pero no daba mi brazo a torcer.

Lo que pasó luego no lo recuerdo, supongo que mi abuela me habrá puesto la camiseta con la posterior moraleja correspondiente.

Pero lo que ella nunca ha sabido es que si pretendía darme una lección, no lo consiguió.

Todavía hoy, odio las camisetas esas de abrigo, odio que las sábanas queden impecablemente enganchadas debajo del colchón...y por supuesto, sigo siendo inquieta, nerviosa, activa y todo eso que soy y que a los 3 años...ya se suponía que sería.

Y por supuesto, no me gustan los higos.

15 comentarios:

Carlota dijo...

Creo que ese tipo de castigos, además de que no deberían existir, lo único que consiguen es crear una rabia interior y rencor al motivo o motivador del mismo...con lo que no tienen ningún fundamento. Además, al fin y al cabo, lo único que intentabas era reafirmar tu personalidad. Fíjate, si le hago eso a mi hija, la fastidio entera: tiene una alergia a las higueras que ni te cuento, de darle urticaria, y de paso, asma. Ya el año pasado estuvo ingresada por darse un paseo entre higueras...tenemos una, pero ella ya sabe que no debe acercarse...y los higos, nos encantan. La taparé cuando vengas :). Un besito.

Ivana Carina dijo...

Kiri!
Mi cielo, tu abuela un "amooorrr".... jiji!, y se estilaba eso che!, a mi mi tía-abuela me corrió con un balde de agua porque no quería levantarme y cambiarme para ir a Inglés, tenía 8 años!!! QUE HOOORRROOORRRR!!!!!
Los higos no me gustan, las brevas menos, parecen gusanitos en un nidito mojaditos! ajjjjjj!!! que ascooorrr!!!!, ajajajjaaa!!!
Y con mi hermana hablábamos antenoche de como nos abrigaban para dormir con las sabanas y los acolchados bajo el colchón! UUUFFAAA!!!, como odiaba eso!!!
En fin, el invierno ME ENCANTA!!!, en verano por mas que andés desnuda tenés calor.... jajaj!!!
Y lo de la personalidad..., mi'jiita, eso no se doblega con nada! jaja!!!! Dígamelo a mí! ja!
Veo que soy la 2º , creo....
Llegué tarde porque estuve en la fiesta de la Entrega de PREMIOS 2008, donde te galardonaron che!, andá a mi blog, que te espera! En serio, no es joda!!
Un besote, RETOBADA FRIOLENTA!!!

Anónimo dijo...

No si lo de las rabietas....solo oirte lo de tu historia con el electricista...me lo creo totalmente...yo de pequeña las usaba pero era super imcómodas y las camisas encima quedaban fatal...Ya no las uso a pesar de ser muuuuuu friolera...pero prefiero el frio que lo pasas a base de abrigo que no el calor extremo que te baja la tensión y se te pegan hasta las bragas.....besos...Oye, que me tienes abandonada (grrr)

juan rafael dijo...

Pues aunque parezca una cebolla, yo prefiero abrigarme.

Gominola dijo...

Me has recordado mucho a mí kiri, qué bueno tu texto!! Yo tampoco soy amiga de esas camisetas, interiores les llamamos aqui (creo)!
Un besoote

Kiri dijo...

Carlota: Si, comparto contigo los castigos a los niños de este estilo no sirven y mucho más cuando uno está manifestando su carácter o sus preferencias. Y sí porfa...tápala cuando yo vaya:-). Gracias...

Ivana: Ahora mismo voy, anoche me acosté temprano y hoy me levanté tarde:-). Y sí, antes se usaban esas cosas...mi abuela la pobre era del año del catapún(que significará eso???). Bueno veo que a vos también te perseguían jajaja. Ves y ahora te quejás cuando no tenés agua jajajaja. Besos cariño.

Circe: Abandonadita??? Ayer te escribí un mail o será que has publicado algo...ahora mismo voy para tu ventana:-). Y a mi también el calor me baja la tensión que ya de por sí, la tengo baja así que en verano soy una braga caída andante:-). Yo prefiero la primavera. Bss.

Juanra: Está claro...para gustos...los colores:-).

Kiri dijo...

Gomi: Hola guapa...veo que tenemos cositas en común...camisetas interiores? Gracias, no sabían como se llamaban esas horribles cosas :-). Un beso.

Le Mosquito dijo...

El final es... ¡ja, ja, ja...! (y conste que las risas que vengo anotando son sinceras, aunque ya puedan parecer recurrentes).

A mi no me tocaron esas camisetas, ni hablar. Lo mío fue peor, si me permites. A mi hermano y a mi nos colocaban una faja lumbar elástica que era un asco. Mira, de sólo recordarla me entra urticaria.
Arrrrggggg.

Y por supuesto, no me gustan los higos.
:)

Kiri dijo...

le mosquito: jajajaja una faja lumbar elástica? Me suena a castigo de la epoca medieval jajaja. Y claro, no te gustan ahora los higos ni las fajas jajaja. Muy bueno:-)

Anónimo dijo...

No conozco a nadie que le gusten esas camisetas....las sábanas así se sienten castrantes, es lo primero que hago en los hoteles sacarlas de debajo del colchón, tener libertad al dormir, que así hasta los sueños aprietan....ser inquieta, pues el tratamiento era ritalin, pero ahora ya para qué....y los higos, pues a mi si me gustan, en dulce, pero no tengo un trauma psicológico con ellos....esos castigos de abuelita....solo para ponerlo a una de mal humos y nunca lograban su cometido....

Kiri dijo...

Karen: Yo conozco un par de amigos que aman esas camisetas...no sé como las soportan! Y sobre los castigos, ya sabemos que no sirven para nada. Pero bueno, era otra epoca.

The Final Straw dijo...

Ya veo que tu carácter no es cosa de dos días. Así me gusta, sin dar tu brazo a torcer ya sea la abuela o un comepanceta.
En cuanto al tema de la ropa, yo creo que es un tema que todos los padres tienen y que hace que, aunque ellos vayan bien con una camisa y jersey, piensen que sus hijos necesitan un par de capas más....por si acaso. Más vale ir cocido de calor que pasar algo de frío.

Saludetes

Kiri dijo...

The final: Sí, sé que los padres haceís esto por los niños...pero juro que cuando crezcan...os dirán algo parecido jajaja. Saludetes:-)

Paco Becerro dijo...

Ni higos ni fajas ni camisetas térmicas ni calzoncillos largos.

Eso sí, tengo la suerte de que no soy friolento, más bien calenturiento (se dice así? o calentero? o como?) Vamos que enseguida tengo calor...

Besos.

Kiri dijo...

el futuro: mmm calenturiento no sé...vamos que no sé si se dice así pero yo, te he entendido. Yo sí soy friolera pero me aguanto:-)