La extraña sonrisa del guerrero

Hay veces que uno no reconoce sus propios elementos.

Me refiero a que uno tiene en su vida cosas/elementos, a los que durante un tiempo les hace caso y luego, sencillamente, pasan al olvido.

Esta mañana amaneció con sol...menos mal porque el día gris de ayer era para ponerse a llorar si uno estaba medio depre.

Por suerte no fue mi caso. Yo ya he dicho que he optado por el humor para pasar estas maravillosas fiestas navideñas. Y cuando menos me lo espere...ya habrán pasado.

Entonces con el sol del domingo dije, ala, a limpiar y a poner la lavadora.

Entre idas y venidas, del comedor a la cocina, de la terraza al baño siento, de pronto, una extraña presencia.

Dido no era, el caminaba/saltaba a la par mio.

Esa presencia era desde una altura considerable era una extraña sensación, la percepción de una situación rara.

Y no hice caso al principio, pero luego, cuando regreso de la terraza, veo un brillo extraño.

Miro hacia la biblioteca y descubro una escena de lo más erótica-festiva.

Entre tantos estantes de libros, otros de plantas descubro a mis Guerreros de Xian coqueteando.

Estaban girados, no como suelen estar siempre, mirando hacia adelante...sino que dos de ellos, no miraban al frente sino, a la cubana.

Tengo 4 Guerreros de Xian, tres están de pie y uno, tiene una rodilla en el suelo en señal de obediencia.

Pues el que está escuchando a Qi, no lo está mirando a el...sino que sus ojos brillaban mientras ella, la provocadora se hace la despistada al mismo tiempo que enseña su trasero.

Y claro, el pobre Xe no ha podido evitarlo y ya me dirán como, pero se ha girado y en lugar de ocupar su noble posición está mirando a la señorita.

Es que la cubana llegó casa después que los Guerreros y si bien han estado separados por cuestiones estéticas, no sé cuando, un día de esos de orden general, los uní.

Y no creí que tuviera consecuencias...salvo como digo estéticas porque bien, lo que se dice bien, no quedan juntos, pero bueno, hasta este momento, así era. Compartían estante.

Pero cuando hoy descubrí al guerrero despistado e inmerso en las curvas de la cubana dije, esto no puede ser.

No podemos mezclar siglos de historia y algo tan serio y fantástico como los Guerreros de Xian con una mulata, con una flor violeta en su pelo, su falda a medio cerrar color arena y sus pechos al viento.

No me extraña que con este atuendo...distraiga a todo el personal.

Así que ahora mismo, la archivo.

Como son las mujeres latinas...siempre perturbando la estabilidad de siglos de historia.

Mis guerreros son mis guerreros, a ellos los respeto.

Pero a ésta...que no representa nada más que la promiscuidad y la lujuria...a ver si Dido la reconoce y entonces...la hemos liado del todo.

Por eso yo, prefiero a los cubanos.

Ala, me voy a guardarla en algún cajón perdido hasta que pase el ayuntamiento a recoger los muebles/materiales el próximo domingo...ya sabemos que hay días hasta para esto...para tirar cosas.

Confirmo, realmente hay días para todo.