Sin balances...

Hoy estuve pensando que, llega fin de año. Ya sé...es normal, todo el planeta lo sabe, pero yo lo recordé cuando me llamaron para preguntarme... que tenía que traer cada uno para la cena de noche vieja.

Este, es el último fin de semana del año! Y yo quiero decir GRACIAS!!!.

Deseo que llegue el nuevo año no saben cuanto. Y pese a la diferencia de clima, de situación, de opciones, hay cosas que seguirán siendo iguales o casi.

Comeremos como cerdos, una vez más. Beberemos un poco y a las doce menos algo, comenzará el ritual de las uvas. Mi familia en Argentina las come, pero sólo en honor a mi adquirida nacionalidad española, pero allí no existen los cuartos y por lo tanto no existe el ritual de las uvas.

Pero estando en España, sí lo haré. Me gusta ver el reloj de la Puerta del Sol por la tele, un lugar por donde paso cada mañana pero sin embargo, no le hago ni caso.

Además, haré los rituales correspondientes.

Pondré 3 velas, una roja para el amor, una blanca para la paz y una dorada para el éxito.

Como novedad incluiré un cuenco con arroz y sal gorda, porque me han dicho que trae prosperidad a la casa.

Lo que también estoy haciendo desde hoy es limpiar toda la casa porque hay que eliminar las energías negativas y dejar la casa limpia para recibir las cosas nuevas del año nuevo.

Me pondré algo rojo. Guardaré monedas en mis bolsillos porque dicen...que comenzar el año con algo de dinero en la ropa...traerá dinero.

Compraré una pastilla de jabón nueva (aunque uso gel...lo haré igual) para lavarme la cara el 1 de enero con esa nueva pastilla.

Quemaré incienso, daré el primer paso con el pie derecho, pensaré en toda la gente que quiero, comeré lentejas, tiraré agua a la terraza...vamos...que no sé si me dará tiempo de hacer todo...pero os aseguro que lo haré.

Y yo, con tal que el año próximo sea mejor que este, haré lo que haga falta, uniendo leyendas, costumbres, rumores, fantasías, y lo que sea necesario, total, no pierdo nada.

Pero a diferencia de cada año, no haré balance del año. Básicamente porque es muy simple, ha sido un año asqueroso.

Lo único que tengo que agradecer es que todos los de mi familia tienen salud, pero poco más. Aunque eso, es muchísimo.

Como novedad, he pensado que no quiero pensar en lo malo que ha pasado este año, sino en que hubiera hecho si tuviera la opción de tener otra vida.

Si volviera a nacer, sé que muchas cosas las haría igual, otras no.

Sería bailarina. Es algo que dejé por la mitad ya que no era compatible con la vida profesional y con muchas otras cosas.

También tendría un hijo. Creo que me perdí un parte importante de la vida. Aunque todavía no descarto la posibilidad de adoptar. Pero me da más miedo lo segundo que lo primero.

Insistiría un poco más en aquel viaje que no pude hacer a Mozambique para colaborar con una ONG, no me aceptaron porque no hablaba inglés...pero debería haber insistido más.

Eso es lo único que cambiaría. Lo demás, creo que está como debe estar. Porque por suerte, yo suelo arrepentirme de las cosas que no hice, no de las que hice.

Porque si las hice fue porque así lo sentía.

Sobre lo que quiero hacer siguen en mi lista dos viajes importantes, uno a Thailandia y otro a China. No quiero morirme sin poder contemplar la imagen de Buda acostado, ni sin dar un paseo por la gran muralla.

Y sobre lo que deseo, es poco. Que los mios sigan bien y que yo tenga un buen año laboral.

También me gustaría ser feliz pero no mucho, porque yo creo que la felicidad continua y permanente debe ser un tremendo aburrimiento.

Quisiera seguir teniendo momentos felices y amorosos.

Y lo más importante, me gustaría tener paz interior. Llegar a encontrar dentro mío momentos de soledad y de búsqueda, esto si es una asignatura pendiente, me cuesta meterme dentro mio...siempre tengo prisa.

Pero bueno, no quiero más que eso. Sólo quiero que este año, se vaya ya.

Aunque siendo justos, agradezco al universo que me haya hecho -a último momento- un guiño cariñoso para que este año, no termine con tan mal sabor de boca.