Deslizándome por el tobogán...

Hoy tengo una extraña sensación.

Desde que me levanté hasta ahora mismo, la siento.

Es una sensación de vértigo aletargado, como si fuera desinflándome lentamente, pero siento que en breve, estaré vacía o desinflada.

Es algo parecido a lo que sentíamos cuando éramos pequeños, al tener que volver al cole! O cuando ya de adulto, volvemos de las vacaciones.

Todas son situaciones de "retomar" en definitiva, volver a la vida normal.

Siento que me deslizo dulce pero inexorablemente por un gran tobogán con una suave pendiente, pero pendiente al fin.

Intentando pensar en que provoca esta sensación he descubierto que este fin de semana que está terminando, es el primero (después de muchos meses) que he salido, que he disfrutado, que me he divertido en resumen, que he vivido.

Y la consecuencia positiva de esto es que, durante tres días, me he olvidado de todos mis problemas. Y tal vez por eso, mientras sigue llegando la noche, yo, me sigo deslizando por este tobogán.

Mañana retomo mis problemas y además, el próximo sábado, es mi cumpleaños.

Yo ya sabía que esto iba a pasar pero no tengo ganas de festejarlo. Hace mucho tiempo que ya no lo hago.

Y porque? porque en mis cumpleaños nunca estoy donde quiero, siempre me falta alguien, nunca llama quien espero y entonces, prefiero pensar que es un día normal.

Seguramente esto es una coraza de protección para que no me sienta triste por eso, pero siempre me he escondido el día de mi cumpleaños. Siempre me ha faltado alguien.

Creo que es porque es un día en que se supone que tú eres importante.

Y el ser importante sólo vale la pena si lo eres para alguien. Sino, poca gracia tiene.

Porque si uno lo ve en función de uno mismo hasta puede parecer soberbio. En definitiva, ya necesitamos de otro ser y de momento, no lo tengo.

Por supuesto no estoy hablando de los amigos, los amigos los de verdad, los de toda la vida, los nuevos y cuidados, los que lo serán, no entran en esta reflexión.

Ellos están.

Entonces si alguien que tú esperas que te llame, no lo hace, sientes que no eres importante para ese ser.

Por lo tanto, si ese alguien se ha olvidado de mi no me importará tanto porque no "lo estaba esperando!!!". Va a ser que sí, que es una coraza como la copa de un pino.

Lo que sí es un ritual que me da felicidad, es mi llamado a casa. Este llamado transoceánico, es fundamental.

Allí antes estaban mi hermana y mis sobrinos que me decían "feliz cumpleaños tía" al unísono y entonces, se me tranquilizaba el alma.

Pero esto está cambiando. Mis sobrinos están mayores, y entonces me envían un mail cuando se acuerdan. Pero ya no escucho por teléfono ese cumpleaños feliz a capela y entre todos.

Pero mi hermana, sí está y se acuerda. Mi mamá, casi siempre sí y alguna no. El año pasado llamé (porque siempre llamo yo para que ellos no gasten) y mi mamá se tiró un rato contándome no sé que y yo dije, mami es mi cumpleaños y mi madre me dijo :"Ay hija, ya sabes como tengo la cabeza"!

Pero no importó porque cuando me dijo feliz cumpleaños hija mía...el alma una vez más, volvió a su sitio.

Esto incluye, escuchar también a mi amiga del alma, Angélica.

Digamos que esta semana que comienza en par de horas no la veo como algo positivo.

Retomo mis problemas laborales, me acerco a mi cumpleaños y no estoy preparada ni para lo uno, ni para lo otro.

Para lo primero, ya no tengo solución, he puesto todo de mi parte y si las cosas no salen bien será que no tengo que seguir por ese camino.

Y sobre lo segundo, pues nada, lo pasaré, y ya está.

Pero el 20 de octubre día de mi cumpleaños no me hace feliz.

Bueno pero no nos adelantemos, también existe la posibilidad de que esta semana algo me salga bien.

Así que, seré optimista, y no adelantaré los acontecimientos, esperaré.